Etimológicamente la palabra café viene del vocablo árabe “Kawhah” que significa bebida y los sitios donde se ofrecía esta bebida se llamaban Kawhe Kanes. El café es originario de la alta Etiopía (antigua Abisinia), posiblemente de la región de Kaffa en donde aún crece de forma silvestre.
Existen varias leyendas e historias sobre el descubrimiento del café. La más conocida y aceptada es la de un pastor llamado Kaldi, que cuenta que sus cabras adoptaban un comportamiento extraño, se notaban muy excitadas y llenas de energía luego de comer el fruto de un arbusto extraño que se parecía a las cerezas. Entonces Kaldi decidió probar las hojas de este arbusto y de inmediato se sintió lleno de energía.
Su interés por este arbusto y sus frutos hizo que los llevara a un monasterio para que el Abad conociera la historia de lo que había sucedido con sus cabras y de cómo se había sentido él mismo luego de haber comido sus hojas. El Abad cocinó las ramas y las cerezas, lo que dio como resultado una bebida amarga que fue desechada y tirada al fuego de inmediato por su mal sabor. Sin embargo, cuando los frutos empezaron a tostarse en las brazas se produjo un agradable aroma y esto llamó la atención del Abad y le dio la idea de preparar una bebida basada en el café tostado. Y de esta manera, nació café.
Los Árabes fueron los primeros cultivadores de café, y descubrieron sus virtudes y posibilidades económicas. De esta manera pudieron desarrollar su proceso de cultivo y lo guardaron como un secreto.
El Café fue unas de las tres bebidas que ha cambiado al mundo, junto al Te y al Chocolate. Estas tres bebidas no alcohólicas que llegaron a Europa hicieron que las costumbres y hábitos de los habitantes del planeta cambiaran para siempre.
El Cacao llegó a Europa de manos de los españoles en 1528, el Te fue llevado por los holandeses en 1610 y, finalmente en 1615 los venecianos llevaron el Café.
No hay comentarios:
Publicar un comentario