Existen muchas teorías de cómo surge esta “costumbre”, de pedir un vaso de agua con el café.
Se dice que la tradición aparece en la época en que la nobleza vienesa se aficionó a degustar esta bebida. El hecho de limpiar la cucharilla con la boca, una vez utilizada para remover el café, o dejarla sobre el platillo, se consideraba poco elegante, motivo por el cual se empezó a ofrecer un vaso de agua corriente para depositar en él la cucharilla.
Otra explicación tiene que ver con el trato exquisito que se dispensaba a la clientela de las casas de café. Los vieneses pasaban, y siguen pasando, mucho rato en dichos establecimientos, leyendo el periódico o en acaloradas discusiones. La dirección del local no deseaba que su cliente se sintiese presionado a solicitar otra consumición tras terminar de beber su café. Además, el visitante podía tardar horas en acabar de leer los periódicos que se hallaban a su disposición y los artistas, filósofos o políticos, aún más en llegar a alguna conclusión tras sus apasionados debates. El agua que se ofrecía era agua corriente, de cañería, y se ponía a disposición de los visitantes para calmar su sed.
Revista Forum Cultural del Cafè
Revista Forum Cultural del Cafè
No hay comentarios:
Publicar un comentario